El Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una demanda contra Apple y cinco editoriales como: Simon & Schuster, Hachette, Penguin, MacMillan y HarperCollins por violar las leyes antimonopolio del país.
Estas empresas se pusieron de acuerdo para alzar los precios de los libros electrónicos, pues Apple se beneficiaría de un 30% sobre cada libro vendido. Este arreglo se efectuó antes del lanzamiento en abril del 2010 de la primera generación del iPad. Con esto también pretendían suspender la competencia en las ventas al por menor.
